Pero en el día a día, llevar a cabo esto y sentirnos libres para seguir nuestro camino parece ser una labor muy dura y muy difícil. Y efectivamente lo es cuando no tienes claro por qué puedes confiar en la Vida y fluir con ella.
Tenemos grabado en el subconsciente la idea de separación, de que estamos solos en el Universo, de que en algún lugar del cielo está Dios, pero nosotros estamos aquí, lejos, vulnerables y expuestos, a merced de las olas, siempre con miedo a naufragar.
Eso es lo que hace tan difícil soltar. No reconocer que nunca hemos estado separados. Que siempre hemos estado protegidos y amados infinita e incondicionalmente por nuestro Creador.
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Nacimos libres, somos libres. Libres de pensar, elegir, decir y hacer lo que nuestro corazón nos dice. Libres de amar y ser amados. Libres de decidir a nuestro favor desde el amor. Y sólo haremos uso de esa libertad cuando dejemos de anclarnos en los miedos del pasado y los del futuro, en lo que fue o en lo que puede ser, y aprendamos a vivir este momento con su perfección, confiando desde lo más profundo de nuestro ser, que jamás hemos estado solos, que hay un Poder Superior que sólo habla de Amor y que no sabe de juicios, culpas, luchas de poder ni castigos.
Ese momento se dará, aquél en el que la certeza de saber que eres uno con el Poder que te creó se instale en tu mente con claridad. Lo estás buscando…y está a punto de encontrarte.
Suelta, confía y escucha las señales que el Universo tiene para ti. No estás solo, todo está bien, siempre.
De corazón, Mar Barbosa
(Foto por Mor Shani)