Coincidencias. No existen. Nada es casual, nada sucede al azar y todo tiene un para qué en la vida. Hay ocasiones en las que sentimos que la vida nos castiga, que algo habremos hecho mal o algo debemos estar pagando. Parece normal pensar así, sentir así. Pero si le damos una mirada más profunda, podremos darnos cuenta de que mientras lo veamos de esa manera, estamos dejando ir la oportunidad de poder cambiar nuestra experiencia. Nos colocamos en una posición de "barco a la deriva" a merced de las circunstancias, resignados al dolor. Existe otra manera de ver las cosas. Debe haberla, nos dice Un Curso de Milagros . Y la hay, y en mi experiencia, es la verdadera. ¿A qué me refiero? A que en el momento en que elegimos tomar la responsabilidad -que no culpa- de lo que nos sucede, asumiendo como cierto el paradigma de que nuestros pensamientos crean nuestra vida (el famoso "si lo crees, lo creas"), entonces, estaremos en la posibilidad -¡bendita posib...