Ir al contenido principal

HE PASADO LA VIDA ESPERANDO


Un día, de aquellos en los que mi mente no para, dando vueltas y vueltas, buscando razones y respuestas, me di cuenta de algo que me sorprendió y -por qué no decirlo- fue muy doloroso.


“He pasado la vida, sí, LA VIDA, esperando” me dije a mi misma. Vaya descubrimiento.


Desde que era una niña, esperando crecer, esperando al primer novio, esperando ser independiente, esperando ser aceptada por los chicos de la escuela.

Al crecer, seguía esperando encontrar a la persona correcta para mi, esperando terminar la universidad para poder hacer lo que yo quisiera, esperando resolver mis problemas existenciales -que ya eran parte de mis conversaciones desde años atrás- y esperando que, en última instancia, llegara la felicidad. Mucho de esto lo comparto en mi libro "Amate y Vive.


Y ese día que te contaba al inicio de este texto, ese día me di cuenta de que SEGUíA esperando. No nos damos cuenta, parece tan normal, tan natural, que algún día llegará aquello que tanto ansiamos y necesitamos -el amor, el dinero, la familia, la independencia, la felicidad, la paz, la salud- y… no, nunca llega. Y si llega algo que se le acerque a las expectativas, llega acompañado de un profundo miedo, a veces inconsciente, a perderlo.

Esperar, siempre estar esperando algo. Que algo cambie, mejore, se adapte, se vaya, regrese. Rotundo artilugio del ego. Eso es lo que es. La premisa de esa parte de la mente que se sustenta en la carencia y la no suficiencia. Y duele, claro que duele, y te lleva a vivir insatisfecho, literalmente como un conejito persiguiendo la zanahoria eternamente.

Nunca habrá respuesta. Nunca será suficiente. Salvo que… en un momento de rendición, de cansancio extremo del alma, sueltes las armas, dejes ir las estrategias, planes y esfuerzos cotidianos y te des cuenta que AQUI Y AHORA no te hace falta nada. Te des cuenta de que en este preciso instante, ya tienes TODO lo que necesitas, tal vez no lo que crees desear, pero SI LO QUE necesitas. La Vida es sabiduría. Aquello que crees que te falta, en realidad te muestra algún velo que necesitas descorrer. El Amor no excluye a nadie, te sostiene y te ha sostenido siempre, incluso en los momentos de la más profunda tristeza.

Es en la mente donde nos contamos las historias de carencia. El mundo -egoico por supuesto- nos vende la idea de que necesitamos ser más, hacer más, tener más. Nos dice que el éxito está en lo que tienes, en lo que haces y en lo que muestras. 

Y vuelvo a decir, nunca será suficiente.


Tal vez, si hoy estás leyendo esto, sea el momento de rendirte, de aceptar lo que hay, no desde la resignación sino desde la confianza en un Plan más grande y perfecto. Tal vez hoy sólo necesitas respirar profundamente y sentir que en verdad YA lo tienes todo, ya se te ha dado todo lo que REALMENTE necesitas. Más allá de lo físico, más allá de lo impermanente, es ahí donde las respuestas están. Cuando hablo de "Elegir el Amor", a esto me refiero.

Te repito con todo el cariño: el Amor te sostiene a cada paso. Esperar es del ego, y el ego sólo busca reforzar el sufrimiento. Al final del día, es sólo pensamientos equivocados en tu mente, y puedes sanarlos, quitándoles fuerza a través de observarlos, traerlos a la luz y dejarlos ir. 




***

Si en algún momento sientes que necesitas apoyo en tu proceso, cuento con sesiones individuales online para trabajar juntos y sanar lo que te impide experimentar paz y plenitud.

Coaching · Espiritualidad
Ho'oponopono · Un Curso de Milagros · Sincronía



Entradas populares de este blog

#UCDM #UnCursoDeMilagros HOY TENGO MIEDO Oración al Espíritu Santo

Cierra tus ojos, inhala profundo y escucha. Confío en que pueda serte útil. Gracias, te amo. HOY TENGO MIEDO. Espíritu Santo que estás en mi mente, aquí estoy, hablándote. No estoy en Paz, hoy tengo miedo. Pero a pesar de lo oscuro de las nubes, todavía -gracias a Dios- hay un recuerdo, un leve pero certero susurro en lo profundo de mi corazón que me dice que estás ahí, que sólo esperas a que me canse de buscar en los lugares equivocados para sanar mis pensamientos y volver a sentir el Amor que me sostiene. Eso deseo, eso realmente quiero, soltarlo todo, entregarme a ti y sentir esa Paz que no depende de nada ni de nadie. Me rindo, no sé qué es lo mejor, sólo quiero ver la Verdad. Quiero ver las cosas de otra manera, quiero recordar Quién Soy, quiero experimentar mi unión con ese Poder que me creó que es sólo Amor. Hoy traigo mis ilusiones ante la Luz, para que en Su brillo desaparezcan y vuelvan a la nada donde pertenecen. Las pongo, Espíritu Santo, a tu disposición, sé que llevarás m

SOLTAR ES VIVIR EN LIBERTAD

Nos dicen suelta y confía, deja ir lo que te daña, no te preocupes y déjaselo todo a Dios. Pero en el día a día, llevar a cabo esto y sentirnos libres para seguir nuestro camino parece ser una labor muy dura y muy difícil. Y efectivamente lo es cuando no tienes claro por qué puedes confiar en la Vida y fluir con ella. Tenemos grabado en el subconsciente la idea de separación, de que estamos solos en el Universo, de que en algún lugar del cielo está Dios, pero nosotros estamos aquí, lejos, vulnerables y expuestos, a merced de las olas, siempre con miedo a naufragar. Eso es lo que hace tan difícil soltar. No reconocer que nunca hemos estado separados. Que siempre hemos estado protegidos y amados infinita e incondicionalmente por nuestro Creador. Escucha este artículo aquí. Por supuesto que dará mucho miedo soltarte de la cuerda al vacío si piensas que no habrá nadie para sostenerte. Parece hasta loco hacer tal cosa. Pero la clave está en hacer un alto –tal vez por primera v

AMOR EN PAUSA

He dejado al amor en pausa. No porque no esté, sino porque he elegido mirar hacia otro lado. Lo he dejado en pausa cada vez que creo que estoy sola. Cada vez que me he sentido separada del mundo, separada de todos y abandonada. Lo he dejado en pausa cada vez que he tenido miedo del futuro, creyendo que como barco a la deriva navego sin rumbo o bien, que el único rumbo seguro es aquél que me causará un dolor insoportable. Lo he dejado en pausa cada vez que siento que la vida me castiga por tantas cosas que no recuerdo haber hecho, pero que deben ser reales por el miedo que me paraliza a cada instante. Lo he dejado en pausa creyendo que tengo que seguir luchando por ganarme la vida, por ser alguien, por lograr algo, por demostrar que valgo. Lo he dejado en pausa cuando tengo tanto miedo de morir, que me olvido de vivir, de agradecer, de sonreír, de disfrutar. Hoy elijo darle “play”. Elijo darle al amor la oportunidad de mostrarse, de sentirse, de guiarme y de proveerme de todo lo que nec